martes, 4 de enero de 2011

Con amigos como éstos, el señor Rajoy no necesita enemigos y España nunca saldrá de la crisis de valores que nos dejaron la iglesia y el franquismo.
Si estos señores piensan en serio que el feto es una persona con su alma inmortal a cuestas, no sé a qué están esperando para inventarse un bautismo parecido a los últimos sacramentos que administraban a miles y miles de fallecidos con anterioridad.
Antes del aborto, durante el aborto o después del aborto podrán ser bautizados por el procedimiento que la iglesia quiera inventarse porque a inventores no les gana ni dios.
Antiguamente todas las esquelas decían lo mismo aunque al difunto lo hubiera partido un rayo. "Falleció tras recibir los últimos sacramentos y la bendición de S.S.Apostólica"

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